sábado, 10 de agosto de 2013

"Mujercitas": Reflexiones

Capítulos 17- 20


En los capítulos diecisiete hasta el capítulo veinte, el hogar de la familia March se ve más golpeado y sufre las pruebas más difíciles. La alegría de la casa se pierde temporalmente debido a la enfermedad que aqueja al señor March, que hace que la señora March deba retirarse a su lado por un largo periodo, y la fiebre Escarlatina que tiene a Beth postrada en una cama. Las hermanas se ven alejadas de Amy que debe estar aislada por la fiebre de su hermana. Son los capítulos en los cuales la unidad y el valor de las hermanas se pone a prueba. Los seres humanos aunque seamos los seres “más evolucionados”, siempre seremos vulnerables, más de lo que queramos, y podemos llegar a ser los más débiles al mismo tiempo de que somos los más fuertes. Podemos ser los más fuertes en el sentido intelectual y analítico, pero a nivel emocional y físico podemos debilitarnos fácilmente; con el tiempo han surgido más y más virus y bacterias que tratan de aniquilarnos, algunos nosotros mismos los hemos creado; en el caso de Beth, la Escarlatina trata de vencerla en su punto más débil, el punto más débil de los seres humanos, nuestro cuerpo; pues los seres humanos podemos tener un espíritu fuerte e inquebrantable, pero nuestro cuerpo desgraciadamente es frágil como el papel.

"Mujercitas": Reflexiones

Capítulos 13-16

En los siguientes capítulos nos encontramos con el Sacrificio. Muchas veces nos es necesario dar algo a cambio de algo que queremos o negarnos a un beneficio u oportunidad para llegar a algo. El sacrificar algo que atesoramos o apreciamos mucho no va a ser algo siempre de nuestro agrado; pero al hacerlo por algo que vale la pena, encontramos un sentimiento de paz interno. Jo sacrifica algo de lo más valioso para beneficiar a su familia en lo posible, ella dona su larga y hermosa cabellera. La señora March sacrifica el cuidado de sus hijas por velar a su esposo gravemente enfermo.  Cuando Jo realiza su sacrificio, busca la mejor manera de ocultar lo realizado, realiza ese intercambio de la forma más desinteresada posible. Como personas, creo que a la mayoría de nosotros nos costaría mucho realizar un sacrificio, y si lográsemos realizarlo, no siempre lo haríamos de manera desinteresada y caritativamente.  Es algo que no siempre es alfo de nuestra naturaleza…


Formar castillos en el aire… ¿Quién nunca ha hecho por lo menos un castillo en el aire?  Todos los hemos hecho por lo menos una vez, todos sabemos lo que son; pero lo difícil es cambiar esa condición de castillo en el aire a castillo cimentado en piedra. Si desde un principio somos capaces de formas este tipo de cosas como un sueño sin valor en la realidad, entonces debemos ser capaces de poder lograr construir estos castillos. Las hermanas March, a pesar de tener varios y diferentes castillos cada una, a base de esfuerzo y con el paso del tiempo, logran fundar sus castillos.

"Mujercitas": Reflexiones

Capítulos 9-12

A través de los capítulos nueve hasta doce, surge un tema de bastante importancia, así como una de las mayores cualidades de las hermanas March y de su madre: el valor del trabajo.


Desde que el señor March perdió la fortuna familiar, Amy, Beth, Meg y Jo se convirtieron en jóvenes muy trabajadoras y laboriosas; tras experimentar lo que es el ocio, sólo lograron darse cuenta de que el trabajo y la actividad es necesario para ellas. El movimiento y la actividad son necesarios para nuestra vida, sin importar el estilo de vida diferente que podamos tener; trabajar por lo que necesitamos y por lo que aspiramos nos convierte en luchadores y perseverantes. Un sueño u objetivo, por más difícil, remoto, ridículo o imposible que lo percibamos, siempre tendrá una forma de cumplirse; no será la forma o el camino más fácil, pero nuestro trabajo, si es persistente y persevera, será lo suficiente. Trabajar por lo que deseamos nos lleva, aunque de forma lenta o difícil, a la autosatisfacción, que puede ser uno de los mejores sentimientos que como personas podemos sentir acerca de nosotros mismos sin dañarnos, y alcanzar y gozar de la recompensa que nos esperaba.

"Mujercitas" : Reflexiones

Capítulos 5-8


En los siguientes capítulos, los diferentes caracteres de la hermanas March salen a la luz; al igual que en cualquier familia con dos o más hermanos, las personalidades difieren, chocan y muchas veces se complementan. Meg se presenta como la hermana pasiva y tranquila, Jo es la hermana más testaruda y la más firme en sus opiniones, Beth como la hermana más reservada y tímida, a la vez la más dedicada a su familia, y Amy es la hermana un tanto egocéntrica y vanidosa. Las hermanas March, al igual que todos nosotros poseen cualidades y defectos; y la unión de éstos hace que la relación entre hermanas sea muy especial, con altos y con bajos, pero que al final concluye en un lazo de hermanas muy bonito. Las personalidades distintas de estas cuatro hermanas hacen que sean queridas y muy apreciadas por personas a su alrededor, como el viejo Señor Laurence y Laurie, sin faltar la gracia y gratitud de las jóvenes March, admitiendo yo misma que quisiera conocer a personas similares a ellas.

"Mujercitas" : Reflexiones

Capítulos 1-4

En los primeros cuatro capítulos de la historia, es fácil observar y reconocer el tipo de situación económica y familiar de la Familia March. Se presentan como una familia en un hogar con varias carencias y necesidades, razón por la que las hermanas mayores se ven en la necesidad de trabajar a una edad muy temprana.

Aunque para la familia March le es difícil cubrir sus necesidades básicas, no dudan en ayudar a aquel que se encuentra en peor condición que la que ellas padecen, como sus vecinos, pues creen firmemente en el amor al prójimo. Las cuatro jóvenes hermanas, cada una con un carácter y personalidad diferente, resienten que su situación económica no sea muy buena, pero, con ayuda de su madre, logran entender que la amistad, el amor y la familia, que no tiene precio ni distingue clase social, son lo único que necesitan para ser felices. A partir del capítulo tres, surge un nuevo amigo para las jóvenes March, en la forma del joven Laurence; que a pesar de que es una persona de cierta fortuna y clase social más alta que la familia March, el noble joven no hace distinción alguna y se hace muy allegado a las jóvenes.


 Actualmente,  existe una brecha muy grande entre lo que era 1861 y lo que es 2013. Si pensamos por un momento que hace 153 años una persona de clase social baja y una situación difícil podría convivir armónicamente con una persona de una clase social más privilegiada y que el pobre no pensaría ni dos veces en ayudarle al más pobre, podríamos decir que el ser humano quizás se encuentre en un retroceso moral; que en tiempos más simples era un ser más consciente de su alrededor y de quien lo habitase, un ser más dedicado a no pensar sólo en sí mismo. Se podría decir que en nuestros tiempos podríamos ser personas más generosas a pesar de lo que tengamos o no tengamos, que la tecnología y globalización hacen nuestras vidas más sencillas, pero ¿por qué no seguir ejemplos de épocas más sencillas?, las jóvenes March se presentan con un tipo de bondad que, según mi opinión personal, es momento de que la busquemos o recuperemos si alguna vez existió.

"Mujercitas": Las mujercitas protagonistas


Josephine o Jo March: Joven de dieciséis años, la segunda hija de la familia March. Conocida como “el niño” de la familia por poseer actitudes toscas y varoniles. De esbelta figura y larga cabellera castaña ondulada que reconoce como su mayor atractivo, que luego vende para conseguir dinero para su familia. La lectura y escritura son su fascinación y disfruta realizar trabajos físicos y pesados. Es  una persona testaruda, y a veces tiene mal genio, en su enfrentamiento con Amy presenta un pequeño ataque de ira. A pesar de su actitud levemente varonil, es una  joven que aspira a tener un hogar y una familia, ser una escritora famosa y ser recordada después de su muerte. Posee un lazo de amistad muy especial con Laurie. Risueña, jovial y sensible; cuida a sus hermanas como su posesión más preciada.

Margareth o Meg March: Jóven de diecisiete años, la hija mayor de la familia March.  Posee una delicada belleza, abundante cabello castaño claro y un poco regordeta. De las cuatro hermanas es la que cuida más su apariencia. Es  una joven muy trabajadora y laboriosa, es la hija que resiente más la situación económica de la familia y lamenta no tener dinero para comprar todo lo que quiere. Es tranquila y pacífica, aunque un poco vanidosa. Cuando visita a su amiga Sally Gardiner es humillada por su baja clase social, pero ella decide no tomarle importancia y se acepta como es. Se compromete con John Brooke, que está muy enamorado de ella y conserva un guante de ella en su bolsillo.

Elizabeth o Beth March: joven de catorce años, la tercera hija de la familia March.  Es de carácter tímido y reservado, no le agrada que muchachos se acerquen a ella. Es muy servicial y generosa, realiza varios trabajos del hogar con dedicación  y es muy apegada a sus padres.  Es de piel muy blanca y mejillas rosadas, cabellera sedosa y oscura, ojos dulces y expresión tranquila. Es muy callada, pero al tocar el piano se encuentra en su forma más cómoda como una habilidosa pianista y ocasionalmente cantante al mismo tiempo. Tiene un corazón generoso, ayuda y lleva comida y dulces a sus vecinos los Hummel, que son una familia numerosa y de recursos incluso más bajos que los March. El hijo menor de los Hummel, un bebé que sufre de Fiebre Escarlatina, muere en brazos de Beth y le contagia la enfermedad. Beth  sucumbe ante la Escarlatina hasta el punto de verse demacrada y estar muy débil, pero logra mejorarse. Con el paso del tiempo, las secuelas de la fiebre le ganan la batalla y muere muy joven.

Amelia o Amy March: Joven de doce años, la hija menor de la familia March. Es piel muy blanca, ojos azules y cabellera rubia rizada. Es considerada como la más hermosa de la familia. Es una habilidosa dibujante y sueña con ser pintora en Europa. Es vanidosa y un poco egocéntrica; y pelea constantemente con Jo hasta el punto de quemar el libro de cuentos que Jo había escrito. Al ser llevada donde su Tía March, descubre que necesita cambiar su forma de ser y decide convertirse en una persona más obediente y respetuosa.

Theodore “Laurie” Laurence: Joven de quince años, vecino de la familia March y muy amigo de las jóvenes hermanas.  Vive con su abuelo el viejo Sr. Laurence. Toca el piano y es muy juguetón y travieso. Se hace amigo de las March aunque tiene un lazo más cercano a Jo y está levemente enamorado de ella en secreto. Es de buen corazón y generoso, ayuda a la familia March en todo lo posible y se convierte en una especie de protector de las March y un hijo más para Margareth March.  Es de piel trigueña, pelo oscuro y rizado con ojos café oscuro. Es el amigo incondicional de Jo March, con la cual realiza varias travesuras, entre ellas la carta de John Brooke a Meg. Tiene roces y malentendidos con su abuelo, pero en el fondo es parte del afecto que éste le tiene a Laurie. Es un joven bastante risueño, divertido e inteligente.



viernes, 9 de agosto de 2013

"Mujercitas", La verdadera mujercita: Louise May Alcott

Louisa May Alcott

(Louisa o Louise May Alcott; Germantown, 1832 - Boston, 1888) Novelista y educadora estadounidense muy conocida por sus libros para adolescentes, especialmente por sus ya clásicas novelas Mujercitas (1868) y Hombrecitos (1871).

Hija del reformista Amos Bronson Alcott, de quien recibió una esmerada educación, creció en los círculos trascendentalistas de Boston y de Concord, Massachusetts, de los que su padre era simpatizante. Hombre poco práctico. Louisa tuvo que impartir clases y trabajar como costurera y asistenta; también con sus textos intentaba contribuir al sustento de su madre y hermanas. Había escrito su primer libro, Fábulas de flores, a los dieciséis años; deseaba ser actriz y compuso algunas comedias, una de las cuales fue aceptada por el Boston Theater, pero no llegó a ser representada. Sus expresivos cuentos, algunos de ellos escalofriantes y violentos, aparecieron con pseudónimo entre 1863 y 1869 en la publicación The Atlantic Monthly.


Partidaria fervorosa de la causa abolicionista, se ofreció como enfermera durante la guerra de Secesión. Ejerció como tal en el Union Hospital de Georgetown; en esa época contrajo la fiebre tifoidea, que afectaría su salud por el resto de su vida. Las cartas en que refería sus experiencias como enfermera, publicadas con el título de Apuntes del hospital (1863), fueron la primera obra suya en hacerla famosa. Su primera novela, Estado de ánimo (Moods), apareció en 1864. En 1865 marchó a Europa, y dos años después asumió la dirección de una revista para niños, Merry's Museum.


Tras el éxito sobresaliente de la novela autobiográfica Mujercitas (1868), logró por fin saldar sus deudas y dar tranquilidad económica a su familia. Una muchacha anticuada (1870), Hombrecitos (1871), Ocho primos (1875), Rosa en flor (1876) y Los muchachos de Jo (1886) se inspiraron también en sus experiencias como educadora. En 1987 volvió a publicarse su novela gótica A Modern Mephistopheles (publicada bajo seudónimo por primera vez en 1887), cuya historia gira alrededor de un poeta que realiza un pacto fáustico.

Louisa May Alcott pasó los últimos años de su vida en Boston, donde murió. Fue una mujer de sorprendente personalidad, dotada de gran seducción, animada por impulsos humanitarios y protectora de muchas buenas causas. Pese a centrarse más en la enseñanza moral que en fines artísticos o de puro entretenimiento, sus novelas tienen una gran frescura, y todavía hoy agradan a los jóvenes.


  • Mujercitas


Publicada en 1868, Mujercitas relata las vicisitudes de una familia afincada en Nueva Inglaterra que atraviesa dificultades económicas por la ausencia del padre, llamado a la guerra. La madre y las cuatro jóvenes hermanas, llamadas Meg, Jo, Beth y Amy March, disfrutan de la serenidad y del profundo afecto que reina entre los miembros de la familia. Alegres y con ansias de vivir, se resignan a renunciar por el momento a sus ilusiones. Su anciano vecino el señor Laurence, hombre rico y algo solitario, tiene un nieto llamado Laurie, de edad similar a la de las hermanas. Laurie sabe divertir a sus amiguitas, y el abuelo las acoge afectuosamente y llega incluso a regalar un piano a la dulce y delicada Beth.

El conjunto de la narración, pensado y creado con un espíritu de sencillez y un respeto a la libertad individual muy notables, especialmente para aquella época, es un cuadro vivo de la vida americana en la segunda mitad del siglo XIX, que consigue dar cierta vaguedad poética a aquel romanticismo puritano.


  • Hombrecitos


Louisa May Alcott revivió en Hombrecitos (1871) los recuerdos de aquella escuela (la Temple School de Boston) fundada por su propio padre, Amos Bronson Alcott, extraño tipo de filósofo y pedagogo que intentaba realizar una forma de educación nueva y capaz de crear en los niños la exigencia de una verdad más elevada, liberándolos de la constricción a que les obligaban las familias y las otras escuelas. El libro es la historia de aquella escuela, aunque transportada al campo; en ella un grupo de niños vive en una atmósfera de alegría serena bajo una amorosa guía.
Favorecidas sus buenas tendencias e impulsados a liberarse de las malas, los muchachos crecen espontáneos, tramando inocentes travesuras y jugando o estudiando, en tanto la buena mamá Bhaer anda siempre al acecho de cosas nuevas con las que pueda divertirlos y formarlos. Casi con una emoción lírica, se precisan con propósitos didácticos y moralizadores cada una de las figuras de los muchachos: así, el obstinado Dan, al que sólo se vence por el afecto; Nat, débil y sensible, que poco a poco aprende a liberarse de sus defectos; Nan, la muchacha desordenada y caprichosa, y todo un pequeño mundo formado de un material que aún no ha sufrido retoques y en el que realidad y fantasía se superponen identificándose. Tuvo una continuación en Los muchachos de Jo (1886).