Oliverio Cromwell
Descendientes de una modesta familia
de terratenientes, Oliverio Cromwell, nació en Huntingdon, Inglaterra, el 25 de
abril de 1599. Se educó en un ambiente anticatólico, protestante y puritano,
Teniendo una inquebrantable fe y profundo conocimiento de la Biblia.
En 1625 Carlos I ascendió al trono y
por espacio de once años, gobernó sin la Intervención del Parlamente
ocasionando un descontento generalizado que dieron lugar a la organización, sus
aportes fueron:
•
A participación del Parlamento en el gobierno.
•
La libertad religiosa
•
Los derechos de la ciudadanía.
Como paso siguiente, Carlos I salió
de Londres y el 22 de agosto de 1642, tomó el estandarte real de Nottingham
iniciándose la guerra civil.
Los grupos antagónicos que se
enfrentaron en la guerra civil inglesa fueron los realistas –ejército real-, y
por supuesto, los parlamentarios quienes se aprestaron a la organización de su
ejército. Fue el momento decisivo para Cromwell, que si bien no había destacado
en el Parlamento, si dio muestras de magnífico organizador militar.
Cromwell consiguió triunfos militares,
entre ellos el de la batalla de Naseby, que tuvo por consecuencias: la
destrucción de las fuerzas realista, la captura del rey Carlos I de Inglaterra,
el fin de la contienda y la proclamación de la república.
Se le nombró Lord Protector de
Inglaterra, Irlanda y Escocia; promovió la educación, fomento la liberación del
comercio, situando a Inglaterra a la cabeza de los países protestantes
europeos. Si bien fue cierto que Cromwell se negó a ceñir sus sienes con la
corona, también fue cierto que aceptó el título de Padre de la Patria.
Con aciertos y desaciertos, Oliver
Cromwell había construido las bases de una nueva nación, de una nueva
Inglaterra.
Con él nació y murió la única
república inglesa de la historia
En los pocos años de gobierno que le
quedaban, derrotó a los holandeses, garantizando el dominio del mar para
Inglaterra, y venció a la flota española, alejando para siempre la amenaza de
una invasión católica. Cuando murió, en 1658, Inglaterra era una potencia de
primer orden. Al producirse la restauración monárquica, el cadáver de Cromwell
fue profanado, decapitado y exhibido. Hoy, sin embargo, frente al parlamento
británico se alza una estatua en su honor recordando su defensa de las
libertades.
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